¡Llegó el momento BRITBEATS! Compartimos la historia, que dió vida al quinto capítulo de este podcast, realizado por el British Council en Venezuela, en el marco de su 80 aniversario.
A spanish boy in London (parte I)
En 2015, mientras el Reino Unido preparaba la conmemoración del 400 aniversario de la muerte de William Shakespeare y el British Council Venezuela proyectaba el Taller “Ilustrando a Shakespeare” y la exposición “Shakespeare entre líneas”, en Londres, en el rítmico y popular sector de Camden se realizaba un histórico reconocimiento, el músico venezolano Jorge Spiteri era homenajeado por su aporte al pop rock del Reino Unido. El evento que se llevó a cabo en el conocido teatro Koko, lo acompañaron los nacionales Boris Izaguirre y George Harris, que sirvieron de anfitriones.
La cruzada artística que da origen a este homenaje comienza a principios de los años 70, cuando Enrique Spiteri decide llevarse a su hermano menor, Jorge, a vivir en Londres. Le avisa del vuelo un día antes y no contaban con más de 100 dólares en sus bolsillos. De esta manera se reencontraban Enrique y Jorge con su hermano Charlie, que se había convertido en “cabeza de playa” para la invasión del rock venezolano a territorio británico.
La base de operaciones, un departamento en 49 Elsham Road, W14, en Sheperdsbush, patio trasero de la agrupación The Who, muy cerca de Kensington Pub donde Ginger Baker solía hacer Jams en su fase post Cream. Ese piso fue visitado por bluesistas afroamericanos, percusionistas jamaicanos, un teclista griego, ingleses husmeando ritmos latinos y el mismísimo Gilberto Gil, uno de los padres del tropicalismo brasilero. Recuerden, estamos en la capital mundial del rock para los primeros años de la década y este pequeño apartamento era un ilegal laboratorio musical.
Decoraban el diminuto espacio variados instrumentos, siendo el más vistoso un fiel piano donado por unos vecinos y que fue arrastrado por tracción humana unas cuantas calles hasta ser depositado en la sala de la cofradía Spiteri. La cotidiana práctica musical en desordenados ensayos iba combinada de múltiples actividades, lavar platos en locales nocturnos, estudiar cine, tocar en una pizzería, cortejar jóvenes londinenses en minifaldas, aprender el idioma, vagabundear y, sobre todo, amaestrar sus instrumentos y estilo compositivo.
Entre el frío, la penuria económica y vivir intensamente el epicentro del rock de vanguardia, van surgiendo furtivos contactos con la movida musical de la ciudad. Particularmente, Jorge tuvo la ocasión de conocer a dos de los grandes de la llamada “Invasión Británica”, Georgie Fame y Alan Price, este último teclista de The Animals. Estos conocidos artistas acababan de editar el álbum Fame & Price Together, y es cuando Jorge Spiteri logró compartir en el escenario con ellos y realizar improvisaciones. Una cosa llevó a la otra, conecta con Mervin Muff Winwood, hermano del superstar británico Stevie Winwood (Spencer Davis Group, Traffic, Blind Faith), quien terminó de vincularlo a la movida londinense.
Además de todo lo anterior, Jorge tocaba temas folklóricos y populares latinoamericanos junto con su hermano Charlie en algunos pubs de la ciudad; participaba en eventos sociales, como un concierto en la prisión de Brixton; colaboraba con la banda de rock progresivo Rare Bird y, sobre todo, componía. Fue en estos años cuando nació la idea de un grupo inspirado en el sonido latino fusionado con el rock. Sólo faltaban los músicos, que comenzaron a arribar de diversas partes del mundo y serían los miembros de la banda Spiteri. En 1973 se suman a los hermanos Spiteri: Joseíto Romero, ex integrante de Tsee Mud y Bacro: José Manuel “Chema” Arria, ex integrante de Los Claners y Sangre; Bernardo Ball, ex integrante de Los Impala; Rubén “Micho" Correa, ex integrante de Los Kings y Grupo Pan y el británico Leonel Grigson en el piano.
Jorge Spiteri se haría cargo de las composiciones, voz y guitarra. Su hermano Charlie se ocuparía de la percusión y voces. La base rítmica era completada por Bernardo Ball en la batería, mientras que la primera guitarra quedó en manos de Joseíto Romero, ahora conocido como “Jo”. Pieza fundamental de este equipo fue “Chema”, el bajista, pues tenía una larga experiencia profesional. El último en incorporarse fue “Micho”, quien asumiría la flauta y voces. Realmente se trataba de una súper banda venezolana en Londres, así que no pasó mucho tiempo para que el mercado musical de la urbe viera en la banda Spiteri una alternativa británica al tan de moda “sonido Santana”. En pocas semanas el sello GM Records fichó al grupo.
Esta historia continúa…