¡Llegó el momento BRITBEATS! Compartimos la historia, que dio vida al tercer capítulo de este podcast, realizado por el British Council en Venezuela, en el marco de su 80 aniversario.
El editor inglés Robert Dimery le dio forma a un enciclopédico libro de llamativo nombre, “1001Discos Que Hay Que Escuchar Antes de Morir”, compendio de música para leer donde decenas de reconocidos críticos sugieren álbumes que deberíamos degustar para morir felices. Les puedo decir que los he escuchado todos, pero aún me queda tiempo para inspeccionar unos cuantos más. En ese vademécum está, indudablemente, el clásico de The Beatles “Abbey Road”(1969). Técnicamente su última grabación, sabido es, que “Let It Be” fue registrado con anterioridad y publicado en 1970. Si en Venezuela hiciéramos un libro sobre los 101 discos patrios que debemos escuchar antes de pasar a “la otra dimensión” no podría faltar el álbum “Syndrome” de los Impala. Las razones las hallarán cuando tengan oportunidad de escucharlo.
¿Por qué esta disertación? Pues Los Impala tenían como norte musical el canto de los Beatles, pero más allá de este dato, suceden hechos que reflejan coincidencias entre el pop rock británico y el venezolano. Un ejemplo, el cuarteto de Liverpool comienza su proceso de separación en 1969, la gran banda de los años 60´ de por estos lares, también inicia “divorcio” ese año. Para 1970 ambas formaciones concretan la disolución. En las crónicas de la disolución dejan trabajos discográficos indispensables: “Abbey Road” y “Syndrome”.
Existe una anécdota que viene al caso, ilustra muy bien la admiración de Los Impala por The Beatles. Corría el año 1970, los integrantes de la fracturada banda nacional toman caminos distintos. Los hermanos Nerio y Edgar Quintero dieron vida al proyecto “Azúcar, Cacao y Leche”, Bernardo Ball aterrizó en Inglaterra, Francisco Belisario regresó al calor de Maracaibo y Rudy Márquez inició su carrera como solista y productor. Atrás quedaron leyendas urbanas como “Siguen los triunfos de Los Impala. George Martin, el director de las grabaciones de Los Beatles los supervisará en una serie de grabaciones que harán en Milán” o “Rudy Márquez se entrevistó con John Lennon en las afueras de Almería, España”. Esto último sucedía en 1966 y así lo relata Rudy:
“Estaba un tipo pelirrojo, ¿qué es esto?, yo pensaba que él era rubio y estaba ante John Lennon. Entonces John Lennon, muy simpático, me saludó y preguntó, cómo me llamaba. Empezamos a hablar de Suramérica. Le pregunté que si sabía dónde quedaba Venezuela y me dijo que sí, que era al norte de Suramérica. Al ratico de estar hablando me dijo: ‘te tengo una sorpresa’. Salió y regresó con Ringo y George Harrison. No sé cómo no me desmayé. Fue una cosa sumamente impresionante. Me fue difícil poder hablarles, no sabía qué decir. Y ellos rompieron un poco el hielo, sobre todo Ringo. Y yo me acuerdo que una de las cosas que me contó (Ringo) fue: ‘no olvides que nosotros todos somos una misma familia. Ahora nosotros somos los más populares, quién sabe si mañana van a ser ustedes. Pero los músicos todos somos una familia y yo quiero que tú sepas que nosotros pasamos mucha hambre. Nosotros en Alemania a veces no teníamos ni cómo comprar fósforos para prender los cigarrillos´. Yo estuve hablando con ellos como veinte minutos, pero realmente fue una experiencia. Me fui para Málaga con mil preguntas, pero con el gustazo de haberme visto personalmente con tres de los seres más grandes que hay para mí en la historia, que son los Beatles.” (1)
Este encuentro personalísimo con la cultura pop británica tiene una segunda parte. Un año después, en la capital de España, acontecería otro cruce con el estrellato pop rock del Reino Unido.
Se cuenta qué en un famoso local de la ciudad de Madrid, “Niccas”, Los Impala realizaban un show, cuando de una de las mesas más alejadas de la tarima se levanta un personaje muy rock, con un lento y groovie andar, se acerca al escenario, interrumpe a la banda y le pregunta si puede tocar con ellos. El protagonista de la escena es reconocido por los músicos, nada más ni nada menos que Bill Wyman, para ese momento, el segundo bajista más importante del mundo, un Rolling Stone.
Wyman andaba de visita en España promocionando una nueva banda que había producido, The End. Alguien cercano al entorno gerencial de los venezolanos aprovechó para invitar al músico británico al concierto y se dio la “colisión”.
Los Impala detienen el concierto y Nerio Quintero (bajista) cede su instrumento a Wyman. El invitado especial y la banda recorren varios temas de los Rolling Stones y Beatles y hasta “Roll Over Beethoven” de Chuck Berry logran tocar. Punto negativo de la experiencia… los músicos piden a Bill tocar “(I Can´t Get No) Satisfaction” y este se niega por no estar satisfecho con el sonido del bajo.
Simultáneamente que acontecían los testimonios descritos, el British Council Venezuela, que había iniciado actividades en 1941 y tras años de experiencias en la enseñanza del idioma inglés, finalizando los 60´ cuenta con gran cantidad de alumnos que llevan a crear para la siguiente década el departamento Paid Educational Services. En esa etapa de transición aumenta la influencia y presencia del pop rock de UK en nuestro país, hasta British Pathé, organización dedicada al registro documental histórico y la distribución de información (Pathé News) atestigua esa influencia, recomendamos ver la reseña visual “London in Caracas. 1969” (2) donde se evidencia el impacto de la cultura pop proveniente de la Gran Bretaña.
1. Félix Allueva, “Rock Vzla 1959-2019”. Fundación Nuevas Bandas. 2019.2. https://youtu.be/4cJSHOYHUUk